Monday, May 25, 2009

MOTIVOS

27 de mayo de 2009
Al serme ofrecida la oportunidad de, semana con semana, escribir en este espacio, debo reconocer que me descubrí un tanto titubeante; ¿qué tengo yo de fresco e interesante que ofrecer, ya no se diga al lector, seguramente instruido, que se aventura por esta columna, sino a quien sea? Sin ánimo de echar pestes o acusar (por ahí sí que no daré con lo fresco), creo poder adivinar que la idea de una nueva columna de opinión se antoja –por decir lo menos— tediosa. Las razones por las que esto es así son sobradas, y no es mi intención reparar en ellas –suficiente con decir que no vacilaría en leer a José Woldenberg o a Sergio Aguayo antes que a mí mismo—sino presentar, más bien, las razones por las que resolví aceptar la invitación.
De la más somera, y acaso injusta, descripción del quehacer editorialista normalmente se concluye que éste consiste en opinar, a veces explicar, esclarecer, matizar o incluso denunciar; sin embargo, este ejercicio no debiera considerarse completo, creo, sin la pieza clave que es la retroalimentación del público. Ahora, claro, resultaría ingenuo pretender la existencia de una
masa crítica de lectores en México, que hiciese las veces de público y nutrierase la labor del editorialista mediante el diálogo; sin embargo, es justamente la diversidad de respuestas en un público, que disiente de, pone en entredicho o complementa una opinión –cualquier opinión—, el más claro indicio o síntoma de una sociedad auténticamente moderna. La incapacidad del público de coincidir, “de manera cierta y definitiva” en un punto de vista, sobre lo que sea, representa, en palabras de Fernando Escalante, “una complicación afortunada”, pues revela la existencia de una sociedad compleja, de un mosaico de contrastes de opinión, propio del orden moderno.
Al presentárseme pues, la oportunidad de participar en un proyecto –disímil, en muchos aspectos, de todo aquello a lo que más pudiera parecerse— opinando, qué mejor, me dije, que regodearme como partícipe – ilusorio, seguramente— del esfuerzo por dejar constancia de la modernidad, indudable, de nuestra sociedad.
Sin mayor preámbulo, nos vemos la siguiente semana, esta vez sí, espero, para hablar de cosas serias.

1 comment:

  1. Uno siempre tiene mucho mas que ofrecer de lo que imagina, màs alla de su interesante fìsico y su misteriosa y oculta mente.
    Tu eres una persona vasta y misteriosa...
    No me arrepiento de haberte conocido.
    Solo recuerda que todo tenemos derecho de perdonarnos y permitirnos comenzar de nuevo, tener multiples oportunidades, ya que esta vida esta diseñada para cada persona.
    Todo pasa por algo.
    Mi adorado Caballero Ingles.

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